Investigación y desarrollo, clave del crecimiento

Investigación y desarrollo, clave del crecimiento

Ing. Fernando Becerril, presidente de Becerril, Coca & Becerril 

Ya en esta columna hemos hablado en números anteriores de la importancia de los procesos de innovación en el crecimiento de nuestra economía. Durante el Informe de Gobierno del presidente Peña Nieto, se hizo referencia  al impulso sin precedente que el gobierno federal ha dado a la ciencia, tecnología e innovación.

En el mismo, se informó que “el Gasto en Investigación Científica y Desarrollo Experimental –público y privado– ha crecido 32.7%, en términos reales, respecto al 2012”, hecho que si bien es cierto llevó la cifra de inversión pública a la cantidad histórica de 87,399 millones de pesos (mdp), lo cierto es que esta cifra, si bien interesante, solo representa arriba de 0.5%  del PIB dedicado a promover, apoyar y patrocinar los procesos de investigación, desarrollo e innovación.

Sabido es que en las grandes economías, aquellas que son una referencia en desarrollo y calidad de vida, el gasto público en investigación y desarrollo es mucho mayor en porcentaje del PIB de lo que México está invirtiendo. En países como Finlandia, Dinamarca, Israel, Alemania y Estados Unidos el porcentaje del su PIB destinado a este rubro está cercano al 3% y, en algunos casos, por arriba de ese porcentaje.

De la misma forma, y siguiendo a línea de inversión para crecimiento de la I&D, en el informe se reportó que “el número de integrantes del Sistema Nacional de Investigadores ha crecido en más de 4,700 y, con el nuevo Programa de Cátedras de Conacyt, 800 jóvenes investigadores ahora tienen una plaza”, lo cual nos llevaría a que actualmente se tienen registrados dentro de sistema a un poco más de 40,000 investigadores.

Sin embargo, nuevamente, el número no es revelador, ya que mientras en México tenemos cerca de 400 investigadores por cada millón de personas en economías como la coreana o la checa son cerca de 3,000 por millón de habitantes.

De ninguna manera lo planteado pretende ser una visión pesimista de la situación de México, pero sí un análisis realista de lo que está ocurriendo en materia de investigación y desarrollo científico en el país. Ahora bien, como complemento a lo expuesto, hay que reconocer que el gobierno federal, desde la administración anterior ha mostrado voluntad de hacer cosas diferentes y, sobre todo, de invertir recursos públicos en aras de mejorar nuestras competencias en la materia.

 

Ya hemos mencionado en ocasiones anteriores sobre el crecimiento del número de patentes de personas y empresas nacionales, como resultado del cambio de la política pública para el reconocimiento a la innovación y desarrollo, así como de la necesidad de vinculación de la Universidad/Empresa.

Actualmente, la red de Oficinas de Transferencia de Tecnología está jugando un papel importante en la vinculación, así como la promoción y desarrollo de metodologías que faciliten y generen la comercialización y transferencia de desarrollos científicos y tecnológicos para generar oportunidades de negocio. En años recientes, las OTTs como la que tengo el honor de dirigir, hemos destinado nuestros esfuerzos a generar ideas con valor que tengan trascendencia en la vida diaria de los diversos sectores de la economía nacional. El modelo está funcionando y, en algunos años, estamos seguros que pasaremos de estar en la parte baja de la tabla a ser uno de los actores importantes a nivel mundial dentro del sector de la tecnología.

 

El columnista es presidente de Becerril, Coca & Becerril, firma legal especializada en propiedad intelectual, transferencia de tecnología y los asuntos corporativos desde 1969.

 Fuente:

http://www.altonivel.com.mx/53752-investigacion-y-desarr

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